Friday, April 30, 2010

Una tarde ante el Sagrario



Afuera todo es gran agitación, ruido de tráfico y ajetreo, de velocidad, de impaciencia...ruido de vida. ..y la Vida está aquí.

Cuando las personas tienen mucho que pensar, mucho que caminar, mucho que correr... andan ahí, Señor, ahí afuera. Desde aquí se oye el clamor del mundo. Ruido de coches, motocicletas, ruido de gran tráfico y ajetreo, de velocidad, de impaciencia. Hace mucho calor. Afuera todo es gran agitación, ruido de vida...y la Vida está aquí. En esta soledad, en este silencio, en esta semipenumbra, en esta quietud...

La nave desierta... Mármol, vitrales, imágenes... nada tiene vida, todo es materia muerta, solo hay algo que tiembla, que se mueve, que parpadea... es la lámpara roja del Sagrario. Está señalando que en ese silencio, en esa quietud, en esa gran paz está Dios. Un Dios que siendo el Rey de todo lo creado, está oculto tras unas cortinillas y una pequeña puerta. Silenciosa y humilde espera. Entrega y sumisa esperanza de un Dios que es todo amor. Mansedumbre infinita, paciencia de siglos... Locura de amor de un Dios enamorado de sus criaturas. Sólo a un Dios que muere por amor se le podía haber ocurrido semejante entrega.

Ahí estás, Señor, encerrado en todos los Sagrarios del mundo, desde los de oro y piedras preciosas, en las imponentes y majestuosas catedrales hasta los más humildes y simples de madera, en las iglesias perdidas de las sierras y en las casi legendarias misiones. Ahí te quedaste, Señor, paciente y sumiso, esperando. Porque los enamorados no pueden dejar a quien aman y tu te ibas a la Casa del Padre Celestial, a tu verdadero Reino con tu Madre, con los Santos, con los Ángeles...y nosotros aquí, solos, tropezando, cayendo perdiendo el CAMINO..., teniendo cada vez más lejano, más borroso, el recuerdo de tu paso por la tierra.

Pero no, te quedaste aquí, dando todo por nada; esperando, siempre esperando en tu gran locura de amor; para que sepamos que no te fuiste, que estás aquí, para ser nuestro alimento, carne de nuestra carne, sangre de nuestra sangre; para compartir nuestra alegría, para acompañarnos en nuestra soledad y nuestras penas.

¡Supremo amor de todos los amores que no pudo dejar solo al corazón del hombre porque sabía que tarde o temprano el corazón del hombre lo buscaría, lo necesitaría, lo llamaría... Y Él, sin pérdida de tiempo le daría la respuesta de amor:

- Aquí estoy, siempre me quedé contigo...nunca me fui, siempre te estoy esperando...

Ma Esther de Ariño
catholic.net

Thursday, April 29, 2010

La horrible palabra dogma‏

Los cristianos, los judíos y los mahometanos creen en el dogma: «NO hay más que un solo Dios»

Es bastante típico de nuestra época confusa, llena de fuegos fatuos irreflexivos, el hecho de que la palabra dogma se haya convertido para muchos casi casi en un improperio. Se habla de postura dogmática y con ello se quiere decir postura ergotista. Se califica a una persona de dogmática y con ello se pretende expresar que es un testarudo obstinado. Se proclama con indignación que en la época actual no queda ya lugar para dogmas. Pero el mayor reproche va dirigido a las iglesias, acusándolas de dogmatismo extremado en sus doctrinas.

El maestro que nos enseña que dos por dos son cuatro nos está enseñando un dogma, un dogma aritmético. Naturalmente soy muy libre de desconfiar de él considerándole un testarudo obstinado y ergotista. Pero si quiero llegar a algún resultado en aritmética, no tendré más remedio que aceptar su dogma globalmente. Claro que en este caso resulta fácil de comprobar. En otros terrenos es a veces más difícil.

Pero el concepto de dogma no queda agotado con la traducción de la palabra griega. Un dogma es un artículo de fe o de doctrina, que es obligatorio aceptar si se desea pertenecer al credo o doctrina correspondiente, y la aceptación del dogma o de los dogmas es lo que constituye la calidad de socio. Y no existe ninguna doctrina -tanto si es religiosa como política o científica- que no tenga dogmas: No existe, ni puede tampoco existir, pues la falta de dogmas sería la libertad sin límites, y la libertad sin límites es la anarquía, es decir, lo contrario de una doctrina. Toda doctrina establece límites. El liberal tiene que creer en los principos del liberalismo, pues de lo contrario no será liberal. El cristiano, cualquiera que sea su confesión, deberá creer en Cristo, pues de lo contrario no será cristiano.

Los cristianos, los judíos y los mahometanos creen en el dogma: «NO hay más que un solo Dios». Quien cree en quince dioses o en dos o en setecientos, no podrá ser ni cristiano, ni judío, ni mahometano. En todas las doctrinas existen cuestiones facultativas, que pueden aceptarse, pero que no es obligatorio aceptar. Los dogmas son simplemente aquellas cosas que estamos obligados a aceptar si queremos «pertenecer a ello», son el hueso duro del fruto y sin él no puede haber fruto.

La sangre es líquida, los tendones y músculos son elásticos, los tejidos son blandos, pero los huesos tiene que ser duros, si queremos caminar derechos.

Louis de Wohl
conoze.com

Wednesday, April 28, 2010

San Luis María Grignon de Montfort



Fundador (1716)
Fiesta: 28 de abril

«A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy
devoto de la Virgen María».
- San Luis de Montfort

El libro de San Luis, Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María, se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. El Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho este gran santo:

«Soy todo tuyo Oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es».

SU VIDA


Es el fundador de los padres Montfortianos y de las Hermanas de la Sabiduría. Nació en Montfort, Francia, en 1673. Era el mayor de una familia de ocho hijos. Desde muy joven fue un gran devoto de la Santísima Virgen. A los 12 años ya la gente lo veía pasar largos ratos arrodillado ante la estatua de la Madre de Dios. Antes de ir al colegio por la mañana y al salir de clase por la tarde, iba a arrodillarse ante la imagen de Nuestra Señora y allí se quedaba como extasiado. Cuando salía del templo después de haber estado rezando a la Reina Celestial, sus ojos le brillaban con un fulgor especial.

Luis no se contentaba con rezar. Su caridad era muy práctica. Un día al ver que uno de sus compañeros asistía a clase con unos harapos muy humillantes, hizo una colecta entre sus compañeros para conseguirle un vestido y se fue donde el sastre y le dijo: «Mire, señor: los alumnos hemos reunido un dinero para comprarle un vestido de paño a nuestro compañero, pero no nos alcanza para el costo total. ¿Quiere usted completar lo que falta?». El sastre aceptó y le hizo un hermoso traje al joven pobre.

El papá de Luis María era sumamente colérico, un hombre muy violento. Los psicólogos dicen que si Montfort no hubiera sido tan extraordinariamente devoto de la Virgen María, habría sido un hombre colérico, déspota y arrogante porque era el temperamento que había heredado de su propio padre. Pero nada suaviza tanto la aspereza masculina como la bondad y la amabilidad de una mujer santa. Y esto fue lo que salvó el temperamento de Luis. Cuando su padre estallaba en arrebatos de mal humor, el joven se refugiaba en sitios solitarios y allí rezaba a la Virgen amable, a la Madre del Señor. Y esto lo hará durante toda su vida. En sus 43 años de vida, cuando sea incomprendido, perseguido, insultado con el mayor desprecio, encontrará siempre la paz orando a la Reina Celestial, confiando en su auxilio poderoso y desahogando en su corazón de Madre, las penas que invaden su corazón de hijo.

Con grandes sacrificios logró conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París. Allí sobresalió como un seminarista totalmente mariano. Sentía enorme gozo en mantener siempre adornado de flores el altar de la Santísima Virgen.

Luis Grignon de Montfort será un gran peregrino durante su vida de sacerdote. Pero cuando él era seminarista concedían un viaje especial a un Santuario de la Virgen a los que sobresalieran en piedad y estudio. Y Luis se ganó ese premio. Se fue en peregrinación al Santuario de la Virgen en Chartres. Y al llegar allí permaneció ocho horas seguidas rezando de rodillas, sin moverse. ¿Cómo podía pasar tanto tiempo rezando así de inmóvil? Es que él no iba como algunos de nosotros a rezar como un mendigo que pide que se le atienda rapidito para poder alejarse. El iba a charlas con sus dos grandes amigos, Jesús y María. Y con ellos las horas parecen minutos.

Su primera Misa quiso celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio.

Montfort dedicó todas sus grandes cualidades de predicador y de conductor de multitudes a predicar misiones para convertir pecadores. Grandes multitudes lo seguían de un pueblo a otro, después de cada misión, rezando y cantando. Se daba cuenta de que el canto echa fuera muchos malos humores y enciende el fervor. Decía que una misión sin canto era como un cuerpo sin alma. El mismo componía la letra de muchas canciones a Nuestro Señor y a la Virgen María y hacía cantar a las multitudes. Llegaba a los sitios más impensados y preguntaba a las gentes: «¿Aman a Nuestro Señor? ¿Y por qué no lo aman más? ¿Ofenden al buen Dios? ¿Y porqué ofenderlo si es tan santo?».

Era todo fuego para predicar. Donde Montfort llegaba, el pecado tenía que salir corriendo. Pero no era él quien conseguía las conversiones. Era la Virgen María a quien invocaba constantemente. Ella rogaba a Jesús y Jesús cambiaba los corazones. Después de unos Retiros dejó escrito: «Ha nacido en mí una confianza sin límites en Nuestro Señor y en su Madre Santísima». No tenía miedo ni a las cantinas, ni a los sitios de juego, ni a los lugares de perdición. Allí se iba resuelto a tratar de quitarse almas al diablo. Y viajaba confiado porque no iba nunca solo. Consigo llevaba el crucifijo y la imagen de la Virgen, y Jesús y María se comportaban con él como formidables defensores.

A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de «Misionero Apostólico», con permiso de predicar por todas partes.

En cada pueblo o vereda donde predicaba procuraba dejar una cruz, construida en sitio que fuera visible para los caminantes y dejaba en todos un gran amor por los sacramentos y por el rezo del Santo Rosario. Esto no se lo perdonaban los herejes jansenistas que decían que no había que recibir casi nunca los sacramentos porque no somos dignos de recibirlos. Y con esta teoría tan dañosa enfriaban mucho la fe y la devoción. Y como Luis Montfort decía todo lo contrario y se esforzaba por propagar la frecuente confesión y comunión y una gran devoción a Nuestra Señora, lo perseguían por todas partes. Pero él recordaba muy bien aquellas frases de Jesús: «El discípulo no es más que su maestro. Si a Mí me han perseguido y me han inventado tantas cosas, así os tratarán a vosotros». Y nuestro santo se alegraba porque con las persecuciones se hacía más semejante al Divino Maestro.

Antes de ir a regiones peligrosas o a sitios donde mucho se pecaba, rezaba con fervor a la Sma. Virgen, y adelante que «donde la Madre de Dios llega, no hay diablo que se resista». Las personas que habían sido víctimas de la perdición se quedaban admiradas de la manera tan franca como les hablaba este hombre de Dios. Y la Virgen María se encargaba de conseguir la eficacia para sus predicaciones.

San Luis de Montfort fundó unas Comunidades religiosas que han hecho inmenso bien en las almas. Los Padres Montfortianos (a cuya comunidad le puso por nombre «Compañía de María») y las Hermanas de la Sabiduría.
Murió San Luis el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años, agotado de tanto trabajar y predicar.

ORACIÓN

San Luis Grignon de Montfort, ruega a la Virgen Santísima
que nos envíe muchos apóstoles que, como tú, se dediquen
a hacer y a amar más y más a Jesús.

Sobre la tumba de San Luis de Montfort dice:

¿Qué miras, caminante? Una antorcha apagada, un hombre a quien el fuego del amor consumió, y que se hizo todo para
todos, Luis María Grignon Montfort.

¿Preguntas por su vida? No hay ninguna más íntegra, ¿Su penitencia indagas? Ninguna más austera. ¿Investigas su celo? Ninguno más ardiente. ¿Y su piedad Mariana? Ninguno a San Bernardo más cercano.

Sacerdote de Cristo, a Cristo reprodujo en su conducta, y enseñó en sus palabras. Infatigable, tan sólo en el sepulcro descansó, fue padre de los pobres, defensor de los huérfanos, y reconciliador de los pecadores.

Su gloriosa muerte fue semejante a su vida. Como vivió, murió.
Maduro para Dios, voló al cielo a los 43 años de edad.

iglesia.org

Tuesday, April 27, 2010

¡Qué no se nos acabe la paciencia!

Hay días que todo parece hecho para sacarnos de quicio. ¡Ayúdame, Señor! tu que sabes de la espera eterna, paciente y amoroso.

Hola mi Jesús Sacramentado, es jueves y vengo a visitarte porque...¡Señor...hay días que todo parece hecho para sacarnos de quicio! Hay días que uno y mil detalles, pequeños quizá, nos ponen con los nervios de punta y sentimos que la paciencia se nos termina ante tanta contrariedad.

Hoy, Señor, es uno de esos días....Por eso estoy aquí, porque necesito esa virtud que tanto y tanto me cuesta... necesito que me ayudes, que des sosiego a mi alma, paz a mi mente que parece caballo desbocado y esa impaciencia me hace mucho daño.

¡Ayúdame, Señor! tu que sabes de la ESPERA ETERNA PACIENTE Y AMOROSO.

Al abrir los ojos ante un nuevo día lo primero que debí hacer es poner mi mente y mi corazón para darte gracias, después pedirte. Pedirte sin temor de abrumarte. Es la manera de involucrarte en nuestro diario vivir. Tu como Padre bueno nos escuchas y sabes de todas nuestras necesidades, aún mejor que nosotros, pero quieres que te lo pidamos y así hacemos un diálogo directo contigo. "Pedid y recibiréis , llamad y se os abrirá"- nos dices.

No siempre se cumplen nuestros deseos al pie de la letra pero hemos de estar seguros que alguna gracia nos llegará en lugar de aquello que pedimos con todo el corazón y no se nos dio porque los planes de Dios no siempre coinciden con los nuestros. Lo que siempre debemos de pedir con gran fe es que nos llene de paciencia para vivir el nuevo día que se abre ante nosotros.

La paciencia es una virtud que hace que soportemos los males con mucha más aceptación. Dicen que la paciencia es más útil que el valor. Nos da la cualidad de saber esperar con tranquilidad las cosas que tardan en llegar y nos hace más llevadero todo aquello que nos alcanza y nos hace sufrir: enfermedades, reveses de fortuna, momentos de dolor y prueba, impotencia ante una amarga situación, etcétera. Todo esto con paciencia será mejor llevado y dará a nuestro diario vivir la paz anhelada.

Mil cosas vendrán que pondrán a prueba nuestra dosis de paciencia. Por eso hay que tener un verdadero caudal, fuente inagotable de la que siempre podamos beber. ¡Qué no se nos acabe la paciencia! porque si ella se nos termina rápidamente ocupará su lugar en nuestra alma la desesperación, la irritación, el mal modo, el abatimiento, el enojo y tal vez la ira. La ira es uno de los pecados capitales que más nos desgarra el alma, nos convulsiona, nos enloquece hasta perder toda dignidad y compostura. Voy a ejercitar en todas las cosas mi paciencia.

En este mundo actual es una de las virtudes más difíciles de poseer y sin embargo es de las más necesitadas precisamente por la forma de vivir tan compulsiva y apremiante que tenemos.

La paciencia y la paz van siempre unidas. En mi caminar por la vida, si tu me ayudas Jesús, voy a encontrar y poseer una paciencia a prueba de todo y la paz se me dará por añadidura. Sé que no es fácil, ante ciertas circunstancias y personas tener paciencia, pero hay que pedírtela.

Señor, con todo el corazón y con esta petición veré que crece y se fortalece. Ayúdame mi Señor, en todas las pruebas que me salgan al paso.

Ma. Esther De Ariño
catholic.net

Monday, April 26, 2010

La Iglesia Católica, Única y Verdadera

¿Quién fundó tu iglesia?


¿Hace cuánto murió esta persona? ¿3 horas o 130 años? ¡Pues más de 130 años!

¿Sabía que no está momificada y que conserva todos los órganos intactos, a pesar de que los ojos, el cerebro y los intestinos se descomponen en pocos días? (para los egipcios era imposible momificar sin extraer antes dichos órganos y aún así compare una momia egipcia
con este cuerpo).

Esto no son teorías: la puede visitar cuando quiera en Francia y verla con sus propios ojos.

¿Sabía que esta persona se llama Santa Bernardita? ¿Y que ella fue elegida por la Virgen María en Lourdes para transmitir sus mensajes y abrir una fuente que curó miles de enfermedades incurables para la medicina, como por ejemplo el cáncer?

¿Sabía que los cuerpos y órganos incorruptos son milagros que sólo se producen en la Iglesia Católica?

¿Sabía que la única religion que puede mostrar milagros científicamente comprobables es la Católica?

¿Sabía que los Católicos creemos que Jesús está presente realmente, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, bajo las apariencias de pan y vino en la Eucaristía?

¿Sabía que decenas de Hostias consagradas (Eucaristía) han sangrado todas con el grupo AB (el mismo grupo presente en el Santo Sudario y otros paños históricos con la imagen de Jesús)?

¿Sabía que no se puede decir que es una falsificación porque hace mil años ni se conocía la existencia de grupos sanguíneos y porque la sangre es fresca ya que contiene glóbulos blancos que no debieran durar más que unas horas... a pesar de mil años?

¿Sabía que muchas Hostias se han convertido en carne? ¿Qué esa carne es de corazón humano... de la MISMA PERSONA, a pesar de haber una diferencia de mil años entre el milagro de Lanciano y el de Buenos Aires?

¿Sabía que una Hostia debiera ser polvo en menos de 9 años? ¿Sabía que las Hostias consagradas con milagros Eucarísticos se conservan incluso superando los mil años?

Consulte esta pequeña muestra de milagros Eucarísticos (hay muchísimos más en todo el mundo, incluso en Corea):

http://webcatolicodejavier.org/meucaristicos.html

¿Sabía que la Iglesia Católica es la única que puede mostrar historias clínicas de curaciones milagrosas (incluso de hospitales de países islámicos o de países comunistas y ateos)? ¿Sabía que para canonizar a un Beato o Santo (y son miles) se exige un milagro documentado científica y objetivamente (incluso por profesionales de otras religiones y ateos)? Miles de milagros asombrosos se han logrado por la intercesión de los Santos...

Dios puede hacer milagros que den testimonio público sólo en favor de su Iglesia. Si lo hiciera en otras, estaría avalando el error, ya que sólo la Iglesia Católica tiene la plenitud de los medios de salvación (los medios de las otras, por ejemplo el Bautismo, son válidos sólo en la medida en que coinciden con lo prescrito por la Iglesia Católica).

¿Acaso no leyó los testimonios de Santos que nos cuentan cómo vieron el Cielo, el Purgatorio y el infierno? ¿No creería en ellos? ¿No cree en la vida después de la muerte física? ¿Piensa que nadie puede saber lo que nos espera después? ¿Creería sólo si una persona se lo contase personalmente después de muerta?

Hay miles de testimonios de personas clínicamente muertas reanimadas por la medicina. Hay casos donde aún estando inconcientes o en coma, describen luego todo lo que les pasó sin que nadie les haya contado y reconociendo a médicos y enfermeras.

Luego de haber reflexionado, no queda más que el propósito firme de confesarse y comulgar lo más frecuentemente posible.

En la Confesión nos espera Jesús Misericordioso para lavar nuestras inmundicias con el Agua purificadora y la Sangre vivificadora, que brotaron de su costado al atravesarlo la lanza en la Cruz. El sacerdote sólo presta su cuerpo a Jesús. Jesús es quien te escucha y quien
te habla de Corazón a corazón.

En la Comunión, uniremos nuestro corazón al fuego del Sagrado Corazón como cera fundida que se vuelca en cera fundida para tranformarnos en "otros Cristos" por los dones de la Gracia Santificante.

Aún si no puede hacer eso, conságrese a María, ella logra lo imposible. Diga DE CORAZÓN algo así con sus propias palabras:

"Santísima y siempre Virgen María, consagro de por vida mi corazón a tu Inmaculado Corazón. También te consagro mi familia. Bendícenos y, a la hora de la muerte, llévanos al Cielo. Te pido perdón por lastimar a tu hijo Jesús, Nuestro Señor, con cada pecado mío y por lastimar tu corazón tan lleno de amor maternal. Ayúdame a no hacerlo!"

webcatolicodejavier.org

Sunday, April 25, 2010

The 7EVEN guiding principles of my art (part 1)


The number seven is a number that has captured my imagination and deeply resonates in me.  There are so many philosophical systems and religions that have given this number a special place that there must be something sacred about it. Just to give a few examples: SEVEN is found 735 times in the Bible. SEVENFOLD is mentioned 6 times and SEVENTH is found 119 times. In Genesis, in the Seventh day of creation God decided it was time to rest, relating the number with completion and perfection.  There are seven deadly sins, seven virtues and seven liberal arts. Seven were the wonders of the ancient world and seven are the Hermetic principles. Issac Newton identified 7 colors of the rainbow: red, orange, yellow, green, blue, indigo and violet. Seven are the notes of the western musical scale and there are seven chakras or energy centers in the human body. The recurrence of this number goes on and on across ages and cultures and areas of study. 
 
 The seven Chakras with their corresponding colors located in the human body.


In 2007 I remember painting my first series of saints. They were seven in total. That year I got legally married on July 27 and then by the Church on August 17. My wife and I did not choose these dates, they were the dates available for us to get married. Mysterious number 7 seemed to be following me.

 In 2008 I decided to explore the different relationships of the number starting with the seven days of the week named after the gods and seven astral bodies known to the ancient world. Since my paintings always relate and react to our times and being our time defined by this phenomenon called “Globalization”, I decided to address seven global issues that I thought were of key importance (Energy sources, The Environment, Wars, Migration, Corporate power, Media and Consumerism). I related these with seven archetypal figures that are a syncretism between classical mythology and Christian iconography. This is how the work “Syncretisms” was born.



 Drawing and painting  inspired in the figure of the Virgin Mary and part of the work Syncretisms

  Today my ideas keep evolving but I’m still deeply inspired by the mystery of the number seven and how to make this ancient mystery more relevant to my art studio practice. After studying and reconciling different religious and philosophical traditions that dealt with the septenary system, I started to think of my work in seven terms. Not only have I identified certain qualities that describe the work, I’ve also identified these with seven stages of the creative process. So I came up with an ordered sequence of seven principles that apply to my own art practice experience. Even though related, these in no way are modeled after the systems studied. These are rather redefined according to how my own art studio practice and the way it has worked for me almost every time, freeing it from any constraining theory. These are my first three guiding principles in art:


1. The principle of Thought 

“Mens agitat molem” The mind moves the matter - Virgil


Often in popular culture cartoons and comics an idea is depicted by a light bulb above a characters head. It is not difficult then to connect ideas with light. It is the inner Sun light that we all carry within our minds

I like to think of my creative work starting not as a line or brushstroke on a surface but in the mind as an abstract idea. Art is primarily an idea before becoming matter. For this reason a healthy creative mind must be nourished with vital intellectual pursuits such as reading, writing and drawing.  Keeping an art journal, brainstorming regularly and jotting down ideas either as drawings or writings keeps the mind busy and productive.  An art journal is the womb where great works of art gestate. 

 My art journal

 Most of my ideas come from studying history and contemporary culture. I often quote both historical and present day figures in my work. Someone like Leonardo Da Vinci would perfectly exemplify the practice of keeping an art journal. I would suggest drawing and writing every day to keep the ideas in constant flux. I am reminded of Pliny the elder's aphorism “Nulla Dies Sine Linea” (Do not let a day go by without a line).
 Detail of "Alternative Energy Sources under the Sign of the Sun" Work by Patrick McGrath Muñiz 


 2. The Principle of Form
“As above, so below”  - Hermes Trimegistus

 In a drawing form is composed by lines and governed by both the mind and hand. A line is an idea taking on a physical dimension on paper or any other surface and becoming a word or a drawing. A line can be described as point A connecting with a point B, therefore we can understand it as a means to connecting. 
In this second stage I start finding interesting correspondence between my idea and the way I represent it formally. I build up and organize a composition, conceptually as well as formally. At this point I also study the relation between the negative and the positive forms in my composition. 
Disneyfied saints, graphite on paper by Patrick McGrath Muñiz

 These first two principles occur in the journal and separate preliminary sketches. The first is a thought. The second is thought becoming matter and finding new ways to relate with each other. 
 Preliminary sketch for "Magna Regina" (Great Queen) work by the artist
 In my work I frequently bring together icons from different times and cultures.  To bring together and reconcile past and present times, cultures and beliefs into a harmonious unity is one of my aims in art. Two is the number that eloquently expresses this creative approach.
The Moon seems to embody this second principle as it may be seen as both a thin curved line and then as a fully formed circle. It is the principle of line becoming form.  We are able to see  the Moon  thanks to the reflected light of the Sun. In the same way the principle of thought defines the principle of form.

3. The principle of Anatomy (the study of the parts)

"The kingly crowned head, the vigilant eye, the counsellor heart, the arm our soldier, our steed the leg, the tongue our trumpeter." - Shakespeare

  Anatomical charcoal study for "Insula Ignominiae" work by the artist
 

On this third stage of the process I then proceed to take notes of the anatomy for my models. Being the human figure the main protagonist in my paintings I find it very important to dedicate myself to the study of their parts, from bones to muscles to clothing.  When I refer to anatomy I do not limit the term to just human anatomy but I go beyond the human body to also study animals, trees and what humans wear. 

 Study of camera man and coin symbols for Magna Regina work by the artist
There are basically three types of drawings: contour, gesture and modeled drawings, that is with light and shade.  These are the three types of approaches I take with my anatomical studies.  By doing so, I learn how to represent my characters accurately endowing them life. My primary interest here is to focus on how the line expresses personality and vitality.  

Portrait charcoal study for "Insula Ignominiae" work by the artist
 While drawing or painting from photographs I regularly refer back to classical models, nature as it appears and my mental image of how things should look like. These three sources inform my work. While the first principle was about the creative thought and the second about the thought becoming form in a whole composition, the third principle guides me through the specific parts of the composition. By focusing on specifics I also make sure there is diversity in forms and ideas within  the whole of my composition.

 Sanguine study for "Exodus Exvoto Profugus" work by the artist


This concludes my first part dealing with the guiding principles of my art. These first three principles can be applied to drawing as well as paintings but most of the time they are reflected in sketches and writings contained in my art journal. They serve as the basis for all of my work. On the next four guiding principles I will talk more about issues that concern finished work and completing paintings.


All text on this blog is  copyrighted material© by the artist and author Patrick McGrath Muñiz





La historia del Pastor y las ovejas


Juan 10, 27-30
En aquel tiempo dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.

REFLEXIÓN:

Seguramente todos habremos visto, en más de una ocasión, un rebaño de ovejas pastando. Una enorme masa de algodón sobre una alfombra verde, natural, y un pastor que las apacienta. Es una escena muy hermosa y pintoresca, y no deja de suscitarnos un sentimiento de simpatía, sobre todo cuando vemos a las ovejillas casi recién nacidas brincando entre las demás ovejas del rebaño.

Es una imagen lírica y bucólica que ha inspirado a muchos poetas, músicos y artistas como tema de sus composiciones. Baste recordar, por ejemplo, las famosas Églogas del gran poeta latino Virgilio, la novela pastoril “La Galatea”, de Cervantes; o tantas otras obras literarias que describen bellamente la vida del campo: Boscán, Garcilaso de la Vega, Góngora, Tirso de Molina, Lope de Vega. En la música, tenemos la magistral Sexta Sinfonía de Beethoven, también llamada “Pastoral”. Y en el campo de la pintura, tantísimos cuadros de todas las épocas: Fra Angélico, Giotto, Botticelli, Monet, Degas y miles más.

Pero mucho antes que todos estos personajes del arte y de las letras, alguien más habló de pastores y de ovejas, y de una manera muchísimo más profunda y sublime: nuestro Señor Jesucristo. Y también los profetas. En su lenguaje teológico-espiritual, el Pastor es Dios, y las ovejas, el pueblo elegido. Y en la predicación del Señor, el Pastor es Él mismo y las ovejas, nosotros, su Iglesia.

El profeta Ezequiel, por ejemplo, tiene todo un capítulo de su libro en donde habla de los malos pastores que se apacientan a sí mismos –o sea, los falsos guías del pueblo, que vinieron antes de nuestro Señor—; y, en contraposición, nos presenta al pastor fiel, que es el mismo Dios. De éste se expresa con tonos muy delicados: “Yo mismo –dice el Señor— iré a buscar a mis ovejas y las reuniré. Como recuenta el pastor a sus ovejas el día en que la tormenta dispersa a la grey, así recontaré yo a mis ovejas, y las pondré a salvo en todos los lugares en que fueron dispersadas el día del vendaval… Yo mismo apacentaré a mis ovejas y yo mismo las llevaré a la majada –dice el Señor Yahvé—. Buscaré a la oveja perdida, traeré a la extraviada, vendaré a la herida, curaré a la enferma y guardaré a las fuertes y robustas” (Ez 34, 11-12. 15-16). Y continúa así todo el capítulo. Imagen perfecta de este pastor es nuestro Señor Jesucristo.

El evangelio de Juan nos presenta, por su parte, el hermoso discurso de Jesús en donde Él mismo se define como el buen Pastor, el verdadero. Éste apacienta a sus ovejas con amor, fidelidad, justicia y misericordia. A éste lo conocen las ovejas, oyen su voz y las ovejas lo siguen; no hacen caso a los extraños porque no conocen su voz (Jn 10, 1-6).

Y “conocer”, en lenguaje bíblico, es mucho más profundo que en nuestra lengua vernácula. Es el conocimiento del amor, de la intimidad, de la familiaridad, de la entrega total por el amado. Así lo expresa a continuación Jesús: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.Yo soy el buen Pastor; el buen pastor da la vida por sus ovejas… Yo soy el buen Pastor, y conozco a las mías, y las mías me conocen a mí… y pongo mi vida por las ovejas” (Jn 10, 10-15).

Estas palabras nos evocan la bellísima oración del Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me falta. Me hace recostar en verdes pastos y me lleva a frescas aguas. Recrea mi alma, me guía por senderos seguros por el amor de su nombre. Aunque camine por cañadas tenebrosas, no temo mal alguno, porque Tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado son mis consuelos”. ¡Qué delicia y qué seguridad ser apacentados por un Pastor así!
La imagen del buen Pastor ha sido representada miles de veces en el arte cristiano de todos los tiempos: en pinturas, esculturas, iconos… y también en la literatura de los Santos Padres, de los teólogos y de los poetas.

San Agustín, por ejemplo, tiene un estupendo sermón en el que comenta el capítulo 34 de Ezequiel, que acabamos de citar, en donde dice: “Para vosotros, como obispo, soy vuestro pastor; pero con vosotros, como cristiano, soy también oveja del rebaño de Cristo”.

Hace poco me escribió un amigo y me envió un soneto compuesto por él mismo. Me gustó mucho, y creo que hoy nos viene como anillo al dedo. Dice así: “Tú me dices, Señor: Pace confiado,/ sólo sigue mi voz y su latido,/ siega el tacto voraz y el fino oído,/ ven a mi fuente y quedarás saciado,/ que aquí tengo tu sitio reservado./ Reposa en mí tu corazón dolido,/ en mi pecho adormece tu gemido/ y deja, calmo, el sueño a mi cuidado./ Yo soy el Pastor que guarda Su ganado/ y busca el corderillo lacerado,/ con música de flautas atraído/ y entre zarzas y espinos atrapado./ Tu mano firme hunde en mi costado./ No dudes más, aún tengo el pecho herido”.

Este poema me hizo recordar aquel otro soneto, de Lope de Vega, de una inspiración religiosa de altos vuelos, que comienza así: “Pastor, que con tus silbos amorosos/ me despertaste del profundo sueño:/ tú que hiciste cayado de este leño/ en que tiendes los brazos poderosos”…

Sí, Jesucristo es nuestro buen Pastor. Él ha dado su vida y su sangre por nosotros, para redimirnos de nuestros pecados, para darnos vida eterna. Hemos sido comprados al precio de la sangre de Cristo –como nos dice san Pedro en su primera epístola (I Pe 1, 18-19). Por eso, sus ovejas “no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de su mano”.

Pero, para ello, también nosotros tenemos que esforzarnos por ser ovejas buenas de este buen Pastor. Dejémonos, pues, apacentar y conquistar por Él siendo dóciles en el cumplimiento amoroso de su santísima voluntad sobre nosotros. Seamos buenas ovejas por nuestra fe y amor a Él, por la obediencia, la vida de gracia y la fidelidad sincera a sus mandamientos.

P.Sergio Cordova
catholic.net

Saturday, April 24, 2010

Frases célebres sobre el dinero


La riqueza es inofensiva, pero no ser capaz de renunciar a ella es mortífero.

La vida es trágica para los que tienen mucho de qué vivir y nada por lo que vivir.

La riqueza no consiste en tener muchas posesiones, sino en tener pocas necesidades. (Epicuro)

Es mejor tener el banco en el Cielo que tener el cielo en el banco.

Con dinero se compra:
Una cama PERO NO el sueño.
Libros PERO NO inteligencia.
Comida PERO NO apetito.
Adornos PERO NO belleza.
Una casa PERO NO un hogar.
Medicinas PERO NO salud.
Lujos PERO NO cultura.
Diversión PERO NO felicidad.
Un crucifijo PERO NO un Salvador.
Un banco de iglesia PERO NO el Cielo.

Lo que evita que un hombre vaya al Cielo no es que posea riquezas, sino que las riquezas lo posean a él.

Da una mala inclinación a la persona querer ser rico, grande y respetado en este mundo en que su Señor fue pobre, humilde y despreciado. (George Muller)

Si tu tesoro está en la tierra, lo vas a abandonar; si está en el Cielo, te lo han de entregar.

Por lo que verdaderamente se mide a un hombre es por cuánto valdría si perdiera todo su dinero.

Se informó que once millonarios se ahogaron en el Titanic. El comandante A.H. Peuchen dejó 300.000 dólares en efectivo, joyas y valores en una caja fuerte de su camarote. "En ese momento el dinero me pareció una ridiculez", dijo más tarde. "En su lugar me llevé tres naranjas.”

La peor pobreza es la del hombre que tiene más de lo que necesita pero le parece que no tiene bastante.

Poseer dinero está muy bien; puede ser muy útil. Pero estar poseído por él es estar poseído por un diablo, y un diablo de los peores y más dañinos.

Es duro ser pobre... aunque no tan malo como estar endeudado.

El carácter de una persona se somete a una prueba muy estricta cuando de repente gana o pierde una cantidad considerable de dinero.

A la persona verdaderamente piadosa no le interesa hacerse rica. Posee unos recursos interiores que le proporcionan unas riquezas mucho mayores que las que el mundo le puede ofrecer.

El tiempo y el dinero constituyen la carga más pesada en la vida, y los más infelices de los mortales son los que tienen tanto de alguno de los dos que no saben qué hacer con él. (Samuel Johnson)

Dios no nos da riquezas para que las guardemos, sino para que las distribuyamos.

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