He meditado mis rasgos y me he dado cuenta que éstos son muy diferentes a los tuyos. Por eso he levantado la mirada hacia Ti, para que motive mi fe y la lleve a la perfección (Hb 12,2). Yo soy uno de aquellos que no te han visto y, sin embargo, te aman y creen en Ti. Por eso siento ¡una tremenda alegría! (1Pe 1,8), la cual no podría expresar con palabras.
Pulsa aqui para leer el articulo completo.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment