Wednesday, March 24, 2010

Anunció e instauró el Reino de Dios

Jesús vino al mundo a dar gloria a su Padre, a salvar a los hombres y a anunciar e instaurar el Reino de Dios en las almas, que si bien ha comenzado como una pequeña semilla, ésta crecerá hasta convertirse en árbol frondoso, como el mismo Señor lo ha profetizado.

El Reino de Dios que Cristo vino a instaurar, no es un reino bélico, que se impone por la fuerza, con guerras y revoluciones, sino todo lo contrario. Este Reino se expande con la fuerza del amor y se funda en los corazones y en las almas de los fieles, y desde allí debe expandirse en todo el mundo y sanear las estructuras y la sociedad, para que Cristo reine sobre todo y sobre todos.

Nuestro deseo más vehemente debe ser el que el Reino de Dios se instaure plenamente en el mundo, como lo pedimos en el Padrenuestro: “Venga a nosotros tu Reino”, para que se haga la voluntad del Padre así en la tierra como en el Cielo. Y trabajamos por este Reino cuando vivimos en gracia deDios y hacemos todo lo que el Señor nos ha ordenado.

El Reino de Dios vendrá plenamente a la tierra. Ya está en la tierra, solo que falta que se desarrolle hasta su plenitud, que será en la segunda venida de Jesucristo al mundo, y que prepararán los apóstoles de los últimos tiempos, que somos todos nosotros, los cristianos que tratamos de ser fieles a Dios y cumplimos los Diez Mandamientos.

El demonio ya está perdiendo su poder sobre la tierra, porque el Reino de Dios está creciendo. Es por eso que Satanás se ha vuelto más violento y causa accidentes, desgracias de todo tipo y toda clase de maldad. Por eso a medida que nos acerquemos a la instauración completa del Reino, los sufrimientos se irán haciendo más fuertes y por ello la Virgen nos pide que nos consagremos a su Corazón Inmaculado para poder pasar airosamente la prueba y entrar así en la tierra prometida, que será el Reino de Dios venido en plenitud a la tierra.

Las palabras de Cristo se deben cumplir, porque el Cielo y la tierra pasarán, pero sus palabras no pasarán. Jesús ha prometido el Reino, y llegará infaliblemente. Entonces vivamos contentos, sabiendo que esta promesa del Señor se cumplirá, y que la victoria final será de Cristo y de su Madre, aunque a veces nos parezca que el vencedor es el demonio.

mariamedianera.ning.com

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